25/11/09

Medianeras







Gustavo Taretto

03/11/09

Steinbeck

En 1960, a John Steinbeck le dijeron que tenía un problema cardíaco bastante grave. En realidad le dijeron que podía morir en cualquier momento.

Él decidió que era buena idea entonces tomar un viaje por las carreteras de Estados Unidos con su perro, Charley. De sus notas salió el libro "Travels With Charley in Search of America", un libro atípico para Steinbeck, pero mi favorito por las circunstancias alrededor y del viaje en sí.

El libro comienza así. Es largo este texto, pero vale la pena ver a un aventurero tratar de expresar por escrito lo que siente. Siempre le faltará eso a las letras, la emoción del momento.

"When I was very young and the urge to be someplace else was on me, I was assured by mature people that maturity would cure this itch. When years described me as mature, the remedy prescribed was middle age. In middle age I was assured that greater age would calm my fever and now that I am fifty-eight perhaps senility will do the job. Nothing has worked. Four hoarse blasts of a ship´s whistle still raise the hair on my neck and set my feet to tapping. The sound of a jet, an engine warming up, even the clopping of shod hooves on pavement brings on the ancient shudder, the dry mouth and vacant eye, the hot palms and the churn of stomach high up under the rib cage. In other words, I don´t improve; in further words, once a bum always a bum. I fear the disease is incurable. I set this matter down not to instruct others but to inform myself.

When the virus of restlessness begins take possession of a wayward man, and the road away from Here seems broad and straight and sweet, the victim must first find in himself a good and sufficient reason for going. This to the practical bum is not difficult. He has a built-in garden of reasons to choose from. Next he must plan his trip in time and space, choose a direction and a destination. And last he must implement the journey. How to go, what to take, how long to stay. This part of the process is invariable and immortal. I set it down only so that newcomers to bumdom, like teen-agers in new-hatched sin, will not think they invented it.

Once a journey is designed, equipped, and put in process; a new factor enters and takes over. A trip, a safari, an exploration, is an entity, different from all other journeys. It has personality, temperament, individuality, uniqueness. A journey is a person in itself; no two are alike. And all plans, safeguards, policing, and coercion are fruitless. We find after years of struggle that we do not take a trip; a trip takes us. Tour masters, schedules, reservations, brass-bound and inevitable, dash themselves to wreckage on the personality of the trip. Only when this is recognized can the blown-in-the-glass bum relax and go along with it. Only then do the frustrations fall away. In this a journey is like marriage. The certain way to be wrong is to think you control it. I feel better now, having said this, although only those who have experienced it will understand it."


"A nomad I will remain for life, in love with distant and uncharted places."  Isabelle Eberhardt

01/11/09

Doña Blanca

Así le llamaba el ya fallecido "Sonny" Alarcón a la pelota de beisbol.

Recuerdo esto ahora porque acabo de ver el 3er partido de la Serie Mundial de Beisbol con mi padre. Yo tenía años ya de no verla, algo impensable en mis años de adolescente.

Hay diferencias.

Ver el partido con mi padre no me trae recuerdos en sí. Él casi nunca disfrutaba de los partidos que para mí eran indispensables para continuar una feliz existencia. Exagero. Mi padre no aguantaba mucho ver partidos tan largos como son y siempre hacía otras cosas. Si acaso estaba, pues se pasaba gran parte del mes viajando. Es extraño como ahora él es el que se concentra más en el partido y mi mente es la que vuela a otros lugares. Está retirado, ya puede disfrutar más de las cosas.

Me gusta ver el beisbol de repente porque todavía reconozco algunas caras conocidas. Dejé de ver el beisbol hace ya unos 12 o 13 años, pero los jugadores son más longevos que en otros deportes. El pitcher era Andy Pettite, al cual recuerdo aún de novato. No es tan grande {para mi, claro}, tiene 37 años.

Sin embargo, me gustó mucho ver aún de comentarista a Pedro "El Mago" Septién. Durante el juego, "El Mago" hizo un comentario nostálgico sobre otros tiempos y mi padre hizo otro, argumentando como "los viejos" decían cosas así.

"Oye, pero "El Mago" es muchísimo más grande que tú."

"No creo, tendrá unos setenta y tantos."

El internet resolvió nuestra disputa. El señor Pedro "El Mago" Septién nació en 1916.

93 años. Unos 27 más que mi padre, quien me lleva 35 a mí.

Y se me hace muy extraño. La gente comenta como se les pasa volando la vida, sobre todo cuando son jóvenes, pero la verdad es que la mía ha pasado lentamente. Me cuesta trabajo recordar cosas de mi niñez y adolescencia que parecen demasiado lejanas. Esos recuerdos son como flashazos ya. Yo no seguía el fútbol, nunca me gustó mucho. Yo era más de beisbol, basquetbol y fútbol americano. Jugadores preferidos de estos deportes, en el mismo orden: Eric Davis "El Rojo", Joe Dumars y Robert Smith. Michael Jordan, por supuesto, pero ése era de todos favorito.

A donde vaya siempre trato de que me acompañe un bat, no sé por qué. Para defensa personal no, ni me acordaría de que lo tengo en esa situación. Si es una muleta, pero es algo que simplemente me da seguridad. Es tener en la mano los recuerdos de sentir pasión por un juego, algo ya desaparecido.

Recordar mis problemas para jugar, ya que yo era zurdo y casi no había guantes para zurdos. La solución fue hacerme derecho para jugar. Una vez más. Ya me había pasado con la escritura. Me maldijeron con mala caligrafía para toda la vida por esto. Sin embargo, sí bateaba de zurdo. Por lo menos tenia eso.

En fin, esos recuerdos de ver al "Mago" Septién bastante lúcido me hicieron sentir bien. Son detalles de mi niñez que aún quedan. Vivos y bien y bromeando y todo. Como debe de ser.

El recuerdo sería más completo si Jorge "Sonny" Alarcón estuviera sentado junto a "El Mago", pero él murió hace ya algunos años. Tendría más de 90 años ya también.

"Sonny" Alarcón no podía caerle mal a nadie. Sus frases eran chistosísimas y le agregaba la alegría necesaria al juego a través de sus comentarios.

El punto es que pasan los años y que siempre quedan rastros que te hacen sentir bien al reconocerlos y no sabemos por qué.

Como bien decía el "Sonny" Alarcón:

"Muy buenas gracias y muchas noches"...